jueves, 25 de abril de 2019

Acurrucando, besando y compartiendo canciones con Max

De alguna manera se siente lindo escribir en vano.  Sabiendo que nadie lo va a leer, y si lo leen igual no saben quien escribió.


Unas lindas semanas compartidas con Max me hicieron pensar que las cosas serían diferentes. Aguanté mis instintos sexuales casi asesinos únicamente siguiendo instrucciones de personas que sí han podido mantener una relación amorosa más de 3 meses con éxito. Sin embargo y por más trabajo que me costó mantenerme al margen, después de más o menos una semana compartiendo tiempo casi diario, llegó un día donde no pude evitar lanzarme virtualmente entre sus brazos. No pude evitar que su agitada respiración empezara a perturbar la mía, y que cada una de las palabras que dijimos en ese momento, sin filtros ni prejuicios nos llevaran a un éxtasis, que muchos creerían que es imposible de alcanzar.

Es bonito saber que usted existe, diría Benedetti. Fue hermoso sentirme amada aunque no sé a ciencia cierta si fue real o una fantasía.

En cuanto sentí un cambio de actitud me fui... Me fui porque tenia miedo, miedo a salir lastimada de nuevo. Todo se resumía en: Si realmente le intereso me buscará cuando note que me fui, y si no, entonces tomé la decisión correcta. Hasta el momento, la decisión fue la correcta.