Pueden pasar unos días, semanas, meses o años, y siempre vuelvo a escribir en este blog. Este blog que sabe mis penas más profundas en lo sentimental. A veces me gustaría ser menos sentimental y que me duelan menos las cosas. Pero, no sería yo. Hasta ahora he sido todo un desastre sentimental. Y por supuesto que me he debatido varias veces sobre qué puede ser la razón para que la mayor parte de las personas en este mundo sientan un tipo de rechazo sentimental hacia mi. Inicialmente creo que el haber nacido con unos razgos para nada dentro de los canones de belleza es una de las cosas que más pesa, porque además tampoco tengo la personalidad abierta y espontanea que puede hacer que una chica "fea" se vea mucho más atractiva a los ojos de los demás. Eso sumado a que tanto bulling en la infancia lo único que hizo fue generarme inseguridades y dificultad para mantener y desarollar mi autoestima... hacen el coctel perfecto para un desastre en una chica súmamente sentimental.
La vez que más bonito sentí, fue con el chico cuervo, un chico que si bien tenía sus defectos, aún así parecía la persona perfecta para tener una relación para toda la vida. Al parecer mostrar los sentimientos no es algo que en absoluto te de algún tipo de ventaja en esta sociedad, al parecer lo único que importa es cómo vendes el producto, (en este caso tú eres el producto) y las cosas que insinuas, pero sin mostrar sentimientos hasta que la otra persona ya esté interesada. Otra hipotesis más dentro de mi desastre sentimental.
Ese calorcito que sentí en el corazón fue de las cosas más bonitas que sentí en la vida. Pero aún así, dolió. Y aunque en ese momento aparentemente fue reciproco, la reciprocidad de un sentimiento como ese no fue suficiente para que las cosas trascendieran. Sólo fue abrir la boca para que el sujeto se fuera a buscar nuevos horizontes. Para que marcara lineas de división entre su universo y el mio.
Más de una vez me pasó que la persona que me gustaba (Y que yo creía que le gustaba) terminaba saliendo con mis mejores amigas. Esto al pasar de los años no ha cambiado. Pero en esta última ocasión, no sé ni cómo sentirme. Por un lado, son dos personas a las que quiero mucho y deseo lo mejor para ambos, pero aún así me siento un poco traicionada, un poco deshechada.
A veces quisiera estar con una pareja con quien nos llevaramos bien, y que el sentimiento fuera reciproco. Y otras, cuando me pasan estas cosas... solo quisiera no sentir nada. Ser esa persona fría y calculadora que hace lo que sea necesario para que le vaya bien en la vida y no tener remordimientos de nada. Pero no, soy una bolita redondita de buenos sentimientos que no sirven para nada en este mundo de superficialidades.
