Así como cuando estas sola, y las lágrimas te salen sin pedir permiso, y tu pecho duele... y tu alma duele aunque no sabes donde...
Es así como me siento cada vez que me despierto. E intento convencerme de que estoy muy feliz sola, en este mundo de gente loca, y que puedo estar bien y que puedo hablar sin estallar. Pero estallo todo el tiempo, en la oscuridad de mi habitación, con los ojos humedos y dolor en la palma de los manos, y presión en el pecho.
No siempre es así, a veces las ilusiones se mantienen en un punto de equilibrio con la realidad y todo se convierte en algo llevadero.
Que lindo sería que las ilusiones estubieran siempre en equilibrio para mi, y no tener que necesitar nunca la realidad. Y es en momentos de desequilibrio, como el de hoy... desearía tener un libro tan cursi como para sacarme de este agujero lleno de lodo, que no solo molesta a mis ojos y mi piel, sino también a mi espíritu y mi valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario